miércoles, 17 de octubre de 2012

Charla sobre la fiabilidad de los modelos meteorológicos, y como mejorar la predicción

El pasado mes de septiembre, Anders Persson ofreció una charla en    
la delegación de AEMET en Cataluña sobre cómo los predictores    
elaboran las predicciones, apoyados en su conocimiento y    
experiencia, para interpretar los distintos modelos numéricos que    
tiene a su alcance.    
Anders Persson fue meteorólogo predictor durante 17 años en el    
Servicio Meteorológico Sueco, científico senior en el Centro    
Europeo de Predicción a Medio Plazo durante 10 años y más    
tarde en el MetOffice británico. En 2010,ya en el Centro Europeo,    
ha sido el responsable de la interesante Guía de Uso de Productos.    
En la conferencia, Anders se preguntaba por qué todavía tenemos    
«meteorólogos» si desde hace muchos años se ha profetizado su    
desaparición con la llegada de modelos numéricos cada vez más    
sofisticados. Por el contrario, los meteorólogos todavía están ahí    
e incluso son cada vez más numerosos en algunos sectores, como    
es el caso del comercial.    
Una situación meteorológica operacional se ejemplifica por el    
clásico problema físico-meteorológico en el que a los meteorólogos    
expertos se les supone que deben dar un «valor añadido» a los    
modelos numéricos, modificándolos de una manera determinista.    
Sin embargo, la disponibilidad de pronósticos de diferentes modelos    
y otras fuentes de información permite a los predictores expertos    
cuestionar la certeza de cualquier pronóstico determinista.    
Dependiendo de los requerimientos de la situación, minimizar el    
error, ponderar el efecto de un evento desapercibido o una falsa    
alarma o transmitir la incertidumbre total en términos    
probabilísticos, los meteorólogos predictores van a modificar las    
predicciones de los modelos utilizando métodos que se conocen    
fuera del campo de la meteorología como «intuición estadística».    
La conferencia incidió sobre cómo traducir estos hallazgos en la    
práctica de la predicción meteorológica y mostró cómo ésta se    
puede complicar con artefactos estadísticos y trampas psicológicas    
bien conocidas en estudios no meteorológicos. Las principales    
debilidades identificadas son: a) El exceso de confianza y el    
determinismo; b) La subestimación del “poder” de los procesos    
puramente aleatorios; c) Las dificultades en la estimación de la    
incertidumbre y la probabilidad; d) Las dificultades al comunicar    
esta información; y e) La elaboración de conclusiones correctas a    
partir de esta información.    
Anders resaltó de forma resumida cómo los predictores deberían    
instruir a los usuarios finales y también a ellos mismos en: a)    
Reducir el exceso de confianza en el pronóstico; b) Entender los    
efectos de la aleatoriedad; c) Estimar la incertidumbre de la    
predicción; d) Transmitir la información de forma probabilística; y    
e) Ayudar a los usuarios finales para que tomen decisiones óptimas.    
En resumen, los «predictores meteorológicos» continuarán    
existiendo de una forma u otra con sus habilidades meteorológicas    
e “intuiciones estadísticas» para interpretar la información    
meteorológica moderna de la manera más eficiente, en especial    
para transmitir la incertidumbre del pronóstico a los usuarios.    

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